Amo a Nicolas Cage

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Querido Nicolas, escribo estas lineas, después de mucho pensar, como una forma de dejar patente mi amor y  la profunda admiración que por ti siento. Pero no sólo por eso, también lo hago porque tengo una misión. Espera, te cuento. 

Hace tiempo que decidí que iba a dedicar parte de mi vida a defenderte, Nicolas Cage. Y lo hice porque me parece inaceptable el trato que recibes por parte de demasiada gente que no es capaz de apreciar tu valor como actor y como icono cultural.

Sí, he dicho “icono cultural” y no he ardido de forma espontánea.

No veas, menuda idea loca;  como si tú, mi admirado Nicolas, no hubieses sobrepasado tu condición de actor para ser un icono, una auténtica estrella de Hollywood que perdurará por los siglos y al que muchos reivindicarán en el futuro, cuando ya sea tarde. Que me llamen loco, me da lo mismo. Yo lo tengo claro, a mí no me va a pasar semejante cosa: yo te reivindicaré HOY.   

Así que me armo de valor y paciencia y me declaro tu defensor; y lo hago porque me parece justo y una buena idea. Eres un buen actor y un tipo con una carisma absoluta. Y también está lo de tu pelo, pero ese es otro tema. Es por todo esto que discutiré hasta el agotamiento contra todas esas personas que te critican duramente y que son incapaces de recordar las grandes interpretaciones que nos has regalado. Y cuando hablo de agotamiento me refiero al suyo, porque yo, como todo buen pirado de Internet, tengo cuerda para rato.

Nicolas, la gente parece haber olvidado que has trabajado con grandes directores, con bastantes, y siempre que lo has hecho has salido por la puerta grande; subido a un altar y dejándonos grandes momentos para el recuerdo. «Corazón salvaje» no puede ser imaginada sin ti, Nicolas Cage, y supongo que David Lynch piensa igual que yo. Y si no lo hace, pues muy mal. «Adaptation» no sería absolutamente nada sin tu interpretación de dos gemelos antagónicos en la película que todo guionista debería amar. «Arizona Baby» no molaría tanto si no estuvieras tú. Leaving Las Vegas, evidentemente tampoco. En «Con Air»,  posiblemente una de las pelis de acción más absolutamente molonas y locas de todos los tiempos nos regalas la grandísima interpretación de un padre luchador y fantástico que ha sido injustamente encarcelado y que tiene la única misión de defender el conejito que espera regalar a su hija cuando sea finalmente libre mientras que, al mismo tiempo, debe de salvar un avión lleno de maleantes en plena fuga y a su único amigo en la cárcel. ¿Qué más se le puede pedir a una película? Yo creo que nada. Pero no nos quedamos ahí. Nicolas, hasta eres un villano genial y luego un héroe cojonudo en «Cara a Cara». ¿A quien no le gusta esa película? A mí no me gusta Jonh Woo y me parece hasta buena. También creo que mereces nuestra aprobación y respeto por tu papel en “El señor de la guerra”.  Hasta me pareces magistral en “La Roca”, en “Teniente Corrupto” y en “Al limite”. Películas firmadas por unos tales Bay, Herzog y Scorsese. Unos directores que no saben nada de nada y a los que no les debemos un respeto total. Bueno, a Bay a lo mejor sólo a ratos. Pero a los otros dos sí que les deberíamos invitar a merendar porque se lo han ganado.

Podríamos seguir, pero ¿para qué? Ha quedado claro lo que quiero decir; estoy seguro. Tú ya lo sabes, Nicolas. 

El problema, supongo, es que todo el mundo piensa en las pelis malas que has hecho. Cuando a lo mejor no son malas, sólo son películas de Nicolas Cage. Y eso, a mi juicio, ya las hace valorables. Pero la gente piensa en ellas, mucho más de lo que yo pienso en lo que hubieras molado como Superman en la que habría sido la adaptación más surrealista de un cómic jamás realizada. Algo que de haberse hecho habría cambiado la historia del cine; si es que no lo ha hecho ya, y eso que no llegaron ni a rodarla (tal vez aquí exagero un poco, puede ser). Y en gran parte es gracias, otra vez, a ti. Así de grande eres Nicolas Cage, hasta en la omisión eres decisivo. Como Rajoy. 

Sin embargo, no me gustaría que la gente, o que incluso tú, se llevara la equivocada impresión de que soy un fanático simplón. Puedo entender que en tu extensa filmografia hayan algunos bodrios infumables. Especialmente todas las del Motorista Fantasma. Películas terribles, las dos, hasta para un fan de los comics como yo. Pero es que, seamos claros: no hay luz sin oscuridad”. Siempre quise decir esa frase de mierda y finalmente lo he hecho porque venía que ni pintada. Otro punto para ti, Mr Cage, que me has dado la oportunidad a través de este texto. ¿Ves como eres decisivo? No me cansaré de decirlo. 

Tampoco quiero hablar de tu vida personal, o de tu excentricidades. Internet ya ha hablado mucho sobre eso y me parece irrelevante. Nicolas, la gente tiene que entender que uno no puede ser grande sin que ocurran cosas rarísimas y ciertamente locas. Sin tener una historia que contar. Eso forma parte de la grandeza. De la tuya, concretamente. Sigues sumando, Nicolas. Y de qué manera. Ni caso a aquellos que no lo entiendan. Tú sigue fuerte, como siempre.

Nicolas, no me voy a liar más. Hay mucha información sobre ti en Internet y cualquiera con buen juicio puede investigar y descubrir muchos detalles sobre tu vida y tu obra. Hasta encontrar algún que otro meme divertido que no son sin no más destellos de tu grandeza; si eres de verdad grande tendrás meme. Tú tienes muchos, Nicolas. Y son maravillosos, los miro todo el tiempo. Te lo juro, Nicolas. Los miro constantemente. 

Me toca despedirme, Nicolas Cage. Podría seguir durante horas pero está claro que me empezaría a repetir y creo haber dejado claro que seguiré de forma incansable admirándote y defendiéndote. Te digo adiós con la satisfacción de tener la posibilidad de repasar tus películas, una y otra y otra vez para seguir disfrutando de tu grandeza. Me voy no sin antes repetirlo una última vez: Gracias, Nicolas Cage. Siempre seré tuyo.

SIEMPRE.

Vale. Has llegado al final del texto y no eres Nicolas Cage. Así que te tengo que decir la verdad: Te he mentido, me encanta Nicolas Cage pero no tengo la misión de defenderlo en de ninguna manera, tampoco tengo porque escribirle una carta de amor tan pirada como la que acabas de leer. En realidad, mi intención es la de conseguir que repases, lector o lectora, algunas de sus mejores películas, las disfrutes y te des cuenta de lo grande que es este dos veces nominado a los Oscar (nominado, y una vez ganador; por supuesto). Y así, cuando hayas repasado sus grandes cintas, recordarás ese meme terrible y no sólo reirás, también recordarás a un actor maravillosamente único que ha conseguido convertirse en un género cinematográfico en sí mismo. 

Y todo esto con ese pelazo. Joder, tiene mérito. 

Gracias por leer.