En esta etapa política que abrimos en España vamos a ver muchos gestos. Muchos. Los mismos que hemos visto durante estos años. Sin embargo, en vez de verlos en la calle, los vamos a ver en el Congreso. Y a diario. Quien no esté preparado para esto lo va a pasar mal y se va a llevar más de un innecesario cabreo. Pero es lo que toca y a esto debemos atenernos. El hecho de que la diputada de PODEMOS Carolina Bescansa haya llevado a su lugar de trabajo, en este caso el Congreso, a su bebé y hasta lo haya amamantado allí mismo, es, seguramente, uno de los muchos gestos sencillos pero poderosos que vamos a ver en los próximos meses y años en la política española. Además de una gran forma de comunicar sin abrir la boca. Simplemente con un gesto sencillo, casi básico. Una madre y su bebé. Nada más. Y a mí me parece bien, creo que mucha gente va a conectar con estas expresiones y se van a sentir, esta vez sí, representados en esas cortes de grandes palabras pero de hechos a veces cuestionables. Así que adelante y representemos la realidad de la sociedad en la que vivimos, que es como es. Aunque muchos intenten negarla o vestirla de otra manera. Pero no seamos simplistas, ya que vamos a ser efectistas. Al menos, seamos conscientes de que tarea es la que toca y no otra.
Así que lo importante es que no nos quedemos sólo en el gesto, en la reivindicación y en la imagen. Ya no estamos en campaña. Lo importante es que haya un fondo real detrás de todo esto y que los protagonista de estos gestos sean conscientes de que no se pueden quedar sólo ahí. Ahora les toca ponerse de acuerdo. Y para eso van a tener que negociar. Y en el terreno de la negociación toca comerse, de vez en cuando, un sapo. Y a nadie le gusta, pero es lo que toca. Espero que no les toque a ellos, por cierto. Pero negociar significa saber lo que uno quiere y que está dispuesto a hacer para conseguirlo, entendiendo que frente a ellos hay otras partes que también desean ver satisfechas sus aspiraciones. En este caso, representado a muchas personas de este país.
Supongo que algunos, como yo, esperan ver en eso llamado “el cambio” la capacidad de negociación y acuerdo para modificar esta realidad injusta y deformada por algunos interesados y no simplemente para hacerla más pintoresca. Espero que lo consigan, no sólo ellos: todos. Soy escéptico, no obstante.
El bebé monísimo, por cierto. No es la primera vez que vemos a uno en un parlamento, hay referencias en otros países y tampoco hay porque echarse las manos a la cabeza. Nada más bonito que una madre y su bebé. En el parlamento, en la calle o el mundo. Hay quien dirá que nadie discute eso, pero es que lo parece.
Gracias por leer.